¿No tienes claro cómo mejorar la comunicación entre padres y adolescentes? Por desgracia, no siempre es fácil. Ahora bien, tampoco hemos de darnos por vencidos, pues es posible y, si se hace bien, dará resultados excelentes.

Por más difíciles que se hagan las comunicaciones entre hijos y padres, no conviene rendirse, ni tampoco recurrir a otro tipo de métodos que no sean las conversaciones abiertas, sinceras, empáticas y sensatas.

Y, además, como padres, hemos de saber que, si la comunicación no es tan fluida como nos gustaría, también debemos entender que tenemos una parte de la culpa. Aceptarla y demostrar que no somos perfectos, y que también erramos, puede ser un buen primer paso para mejorar los contactos, lo que facilitará que nuestro hijo adolescente se sincere.

Aprende cómo mejorar la comunicación entre padres y adolescentes

Dicho esto, vamos a dar algunos consejos prácticos que van a mejorar la comunicación entre progenitores e hijos jóvenes y, por ende, también el afecto subyacente entre ambos.

Escucha a tu hijo y no le interrumpas

Como padres y adultos, tenemos cierta tendencia a no escuchar a nuestros hijos, a interrumpirles o a no comprender con exactitud qué nos quieren decir, pues ya tenemos nuestra respuesta preparada.

Bien, eso es un error. Es interesante dejar que los chicos hablen con confianza y libertad, diciendo lo que piensan, sin ser interrumpidos, sabiéndose escuchados, valorados y queridos. Es algo beneficioso para toda la familia. Por tanto, evitemos frases como “ya sé lo que vas a decir” o “siempre estás con lo mismo”. En lugar de eso, ayúdale a que se sincere y que exprese de verdad cuáles son sus emociones reales.

Olvida las críticas, los juicios y las culpas

No critiques, no juzgues y no culpabilices de todo al adolescente. Si sancionamos constantemente su conducta, estamos levantando muros que luego serán difíciles de derribar.

Si el joven se enfada, grita y deja salir la ira, no te pongas a su nivel. Espera a que se relaje para mantener una conversación cordial en la que podáis encontrar puntos de encuentro y pongáis temas en común para alcanzar acuerdos que os satisfagan a ambos.

Evita dar lecciones

Es habitual que los padres digan a sus hijos que han de hacer. Pero también hay que considerar que los niños, cuando alcanzan la adolescencia, comienzan a madurar y enfilan su paso hacia la adultez.

En lugar de decirle qué ha de hacer, más allá de darle lecciones, ayudémosle a que encuentre él las mejores opciones. Ofrezcamos razones, pros y contras, instrumentos y herramientas de mejora, y a partir de ahí, lograr que él se sienta parte de la solución y de la negociación, dejando que llegue a sus propias conclusiones. Con una buena educación, seguro que sabe encontrar el camino adecuado.

Dale la importancia que merecen sus palabras

También como adultos tendemos a reducir los problemas de los jóvenes porque nos parecen poca cosa en comparación con nuestros quebraderos de cabeza. Eso, por otro lado, es un error, pues la mente de una persona mayor, mucho más desarrollada, está más preparada, por lo general, para gestionar emociones, cosa que no siempre sucede con la de los chicos.

No pensemos que los problemas de los adolescentes no son importantes. Para ellos sí lo son, y como tal hemos de tratarlos para que se sientan confiados, con una buena autoestima.

Desde Logos International School contamos con un completo departamento de profesionales especializados en el correcto desarrollo de los niños, desde su más tierna infancia hasta su madurez. Por eso podemos ayudarte a mejorar la comunicación entre padres y adolescentes.