Enseñar a los niños a resolver conflictos es una parte básica de su formación. Y es que, los pequeños, a lo largo de su vida, se van a ver obligados a enfrentar muy diversos problemas. Dependiendo de su capacidad para responder con resiliencia y habilidad, el chico logrará ser más feliz y pleno si dicha capacidad es elevada, y viceversa.
El paso a paso para enseñar a los niños a resolver conflictos
Ya sea en el ámbito escolar, ya sea en casa, conviene que, como adultos, conozcamos el paso a paso que debe seguir un niño cuando necesite resolver un conflicto cualquiera:
- Mantener la calma: es el primer paso y el más importante. Antes de enfrentar un problema, conviene poner distancia, tratar de pensar en frío y calmar los ánimos. Así, tras tomar un respiro, se encuentran motivos más coherentes que si reaccionamos en caliente.
- Identificación y comprensión: una vez hemos marcado distancia, toca pensar en el problema. Ahora debemos buscar fórmulas de comprensión. Identificamos el conflicto, lo interiorizamos y lo analizamos con honestidad.
- Conversación y disculpas: es entonces cuando se debe establecer una conversación sensata y positiva. Cada persona implicada hablará de sus sentimientos y pareceres, se practica la escucha activa y, en caso de ser necesario, se piden disculpas sinceras y adecuadas.
- Resolución: es el momento en que los niños deberían usar palabras como perdón y hacer acopio de buena voluntad para prometer que mejorarán su conducta en todo cuanto les competa.
- Seguimiento: resuelto el conflicto de forma asertiva, llega el momento de las consecuencias. Como adultos, conviene hacer un seguimiento para saber si las estrategias han funcionado. Así se puede comprobar que el arreglo del problema es real y no volverá a aparecer en un futuro próximo o lejano. Igualmente puede hacer el joven, para saber si el problema se ha arreglado de manera satisfactoria.
Mejores técnicas para la resolución de conflictos
A continuación, consideramos importante que, como padres y docentes, conozcamos algunas técnicas interesantes que facilitan que los pequeños adquieran habilidades sociales y emocionales desarrolladas adecuadamente para resolver conflictos y para afrontar cualquier vicisitud que la vida le presente.
Manejo de emociones
Entendamos la necesidad de que los niños comprendan y manejen sus emociones, sobre todo las más intensas. Es un trabajo que se ha de hacer desde la más tierna infancia, para que, a medida que se desarrolla, tenga la educación emocional adecuada para adaptarse a cada etapa de su vida conociéndose mejor.
Expresión verbal
Tan importante es manejar las emociones propias como saber expresarlas. Conviene que los niños lo tengan claro, tanto a nivel emocional como de pensamiento. Desarrollar esta habilidad facilitará que sepan identificar y explicar cómo se sienten, comunicando adecuadamente cualquier concepto.
Pensamiento crítico
A través del pensamiento crítico y lógico, el niño tiene mayor facilidad para identificar problemas. Así se adelantará al conflicto, podrá intuirlo y resolverlo antes de que se enquiste o pudiera ir a más.
Empatía
Si el niño es suficientemente empático logrará comprender mejor la perspectiva y los sentimientos de los demás.
Entender los miedos y los anhelos de otras personas y saber cómo se las puede ayudar será una labor importante para que los pequeños sepan resolver problemas de forma adecuada respondiendo de la mejor manera posible.
Negociación
Sin duda, en la vida hay que negociar siempre. Alcanzar acuerdos siendo flexibles y abiertos, sabiendo cuándo ceder y cuándo mantenerse firmes, etc. En la capacidad asertiva de los chicos, en sus opciones para generar diversas soluciones creativas a un mismo problema, y en sus conocimientos y facilidad de aprendizaje para aplicarlos a casos prácticos radicará su habilidad para ser un negociador competente.
En Logos International School disponemos de un completo gabinete pedagógico especializado en que los pequeños adquieran estas y otras muchas habilidades.